El aislamiento es fundamental cuando queremos obtener una construcción energéticamente eficiente. El aislamiento de las instalaciones permite reducir las pérdidas de calor y el ruido provocado por el transporte de fluidos en las tuberías. Evita fluctuaciones en la temperatura de la línea por cambios de temperatura ambiente y contribuye a un uso eficiente de la energía y uno aumento de la vida útil de las instalaciones.
